8 de enero de 2023

 






Desde que nací yo fui la Niña.

Lo fui en aquella primera casa, que no era redondeada, pero ahora al recordarla se me ocurre pensar en ella así, con sus pequeñas habitaciones desiguales, su escalerita de peldaños suaves y gastados, sin ningún canto afilado, que llevaban a la camarilla.
Y sus patios. El primero de cemento, el segundo (el ideal) de tierra. Donde se apagaba la cal, se cortaba la madera y se partían los piñones con una piedra.

Y lo seguí siendo en la segunda casa, tan diferente a la primera. Un pasillo con tres puertas a cada lado. Sin patio de tierra ni piñones que partir.

Un día, siendo ya adolescente, oí a mi hermano Sebastián desde el final del pasillo que dijo…Carmen.
La recuerdo como mi primera vez.

Estábamos solos y a pocos metros. Por supuesto, no miré.

Al instante…Niña
Y yo respondí…qué.



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Dime