5 de febrero de 2016

ojos de búho




ella recuerda que de niña tenía juicio aún antes del uso de razón, con ese juicio entendía las conversaciones y estados de ánimo, las relaciones de los adultos
era importante no sólo ver, sino oír, escuchar, como si ella fuera toda ojos y oídos y alrededor se creara una cámara de aire en la que las palabras quedaban suspendidas con sus entonaciones, sobreentendidos, implicaciones: lo que indicaba aquella expresión, va con segundas, tan inmediatamente detectable
los niños entonces escuchaban, no hablaban (oír, ver y callar); de aquella escucha, de aquel aprendizaje en el interpretar y desentrañar, su capacidad de atención
ella no se recordaba inmersa en el mundo -el río, la tierra, la era...-, le importaban sobre todo la gente y las palabras, lo que esas palabras presagiaban, sus consecuencias próximas o remotas
inmersa, en todo caso, se había sentido en la noche, en el miedo, en los sonidos y el silencio del campo en la noche 
nunca había aprendido a nadar