14 de abril de 2014

    
Cuando entro en la habitación la encuentro en el sillón que se ha convertido en una gran parte de su vida. Me siento a su lado y mientras observa fijamente una fotografía colgada en la pared me dice:
-Llevo un rato mirándola y veo como se mueve.
-¿La foto se está moviendo? le pregunto.
-No, la foto no, la mujer que hay dentro.
-Esa mujer eres tú...vestida de novia.
-Estoy como una cabra ¿no? Cuando pienso estas cosas me digo que no se las voy a contar a nadie, vaya que me lleven otra vez a aquel sitio...no quiero volver otra vez allí.


                                          


Claro del bosque es un centro en el que no siempre es posible entrar; desde la linde se le mira y el aparecer de algunas huellas de animales no ayuda a dar ese paso. Es otro reino que un alma habita y guarda. Algún pájaro avisa y llama a ir hasta donde vaya marcando su voz. Y se la obedece; luego no se encuentra nada, nada que no sea un lugar intacto que parece haberse abierto en ese solo instante y que nunca más se dará así... 
María Zambrano 

Fotografía: Hospital psiquiátrico Serbsky, Moscú